La estética más allá de la piel

Redacción PlanetLook09/05/2016
La sociedad actual da cada vez más importancia al desarrollo interior, las redes sociales se encuentran inundadas de vídeos y fotografías motivacionales, por otro lado el cuidado de la imagen sigue vendiendo.
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La sociedad actual da cada vez más importancia al desarrollo interior, las redes sociales se encuentran inundadas de videos y fotografías motivacionales, por otro lado el cuidado de la imagen sigue vendiendo y encontramos profesiones como la Estética, que aunque trabaja el aspecto externo, tiene una influencia importante a nivel interior.

No es sólo el trabajo de la piel con el fin de conseguir o preservar belleza, existe una repercusión bastante más profunda en ese trabajo de la piel que va más allá de la promesa de juventud de los anuncios que invaden prensa y televisión.

  • ¿ESTETICISTA O COACH?

La esteticista, al igual que la peluquera, es considerada una confidente, los momentos en cabina suelen ser períodos de relax en los que las emociones afloran permitiendo el análisis de determinadas situaciones y sentimientos de nuestra vida diaria.

Pero, ¿dónde termina el papel de la esteticista y empieza el de profesionales como coaches o psicólogos que trabajan el desarrollo interior de la persona?

Una de las principales misiones de la esteticista, después de la de realizar un servicio impecable que cumpla con las expectativas del cliente, es proporcionar un espacio de relajación y, en cualquier caso, si el cliente necesita expresar y exteriorizar pensamientos y emociones: escuchar. Escuchar sin juzgar, sin opinar, sin interferir con su mapa y particular forma de ver la vida en la experiencia del cliente, ya que la única respuesta que le es realmente útil al cliente es aquella a la que llega según sus propias reflexiones y conclusiones acordes a cómo ha aprendido a vivir.

Otras de sus competencias son:

  • Asesorar y educar al cliente en los hábitos de cuidado de su piel.
  • Realizar preguntas relevantes para su trabajo, en ningún momento para profundizar en el estado anímico del cliente.

No forma parte del trabajo de la Esteticista asumir una carga y responsabilidad sobre la vida del otro, ni dedicarse a temas en los que no son expertas ya que esto podría terminar comprometiendo su profesionalidad.

Es por tanto una tarea muy importante el propiciar un espacio y un ambiente adecuado que hagan al cliente sentirse cómodo y le permita fluir con sus propios pensamientos.

  • AUTOESTIMA

El hecho de cuidar el órgano más extenso de nuestro cuerpo implica amor hacia una parte de nosotros. Es importante establecer una rutina de cuidados de la piel donde cada paso nos recordará que estamos dedicándonos una atención aportándonos satisfacción y seguridad.

  • MOTIVACION

Aunque existan conflictos internos, es indiscutible que el gustarnos físicamente, estar satisfechos con la imagen que nos devuelve el espejo, tiene una incidencia muy directa en nuestro estado de ánimo.

El vernos mejor va a activar una cadena de pensamientos positivos que supondrá un impulso en la consecución de nuestras metas, donde cada input suma de forma importante. Es el caso de los tratamientos faciales, que nos devuelven un cutis luminoso, humectado y turgente, del maquillaje, que nos ayuda a resaltar nuestros mejores rasgos o incluso a disimular ciertas disfunciones que no tienen solución inmediata y en momentos puntuales pueden minar nuestro estado de ánimo.

  • EMOCIONES

Hemos de tener en cuenta también la repercusión directa del trabajo de la piel sobre el sistema nervioso. Tras un tratamiento, la piel limpia y activa se va a mostrar más receptiva a cualquier estímulo. Un tratamiento anticelulítico, una exfoliación y nutrición corporal o un drenaje tienen muchísimo más alcance del físico ya que producen una activación o relajación del sistema nervioso.

Por otro lado está la parte energética, tanto el contacto como la proximidad que requieren los tratamientos permiten un flujo de energía que también despierta emociones en el cliente.

  • STOP

Para crecer interiormente es necesario parar el “ruido” en algún momento, aislarnos y mirar hacia adentro. El primer paso es parar, encontrar ese momento, y la cita con la esteticista abre ese paréntesis. El segundo paso es la introspección y mirada interior que puede tener lugar en el transcurso del tratamiento como hemos comentado anteriormente.

En algunos casos la cita servirá sólo para desconectar de la rutina y poniendo la atención en los detalles del tratamiento y los consejos de la profesional, tomar distancia para observar la vida posteriormente desde otra perspectiva. Por tanto cualquiera de los tratamientos de estética va a tener una influencia en el cliente que irá mucho más allá de los resultados observables en la piel.

Por Mónica Cubero. Formadora y Consultora de Estética Emocional.

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