Stanpa invalida el estudio sobre cremas antiarrugas de la OCU

Redacción PlanetLook10/06/2014
La semana pasada la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanzó un estudio sobre cremas antiarrugas en el que recomendaba las más económicas. Ante la polémica, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) pone en duda los procedimientos y conclusiones de la OCU.
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Según un estudio publicado por la OCU la semana pasada, tras analizar 14 cremas antiarrugas del mercado español (de diferentes tipos de precios y de venta en diferentes canales, como perfumerías, hipermercados o farmacias) la mejor crema antiarrugas del mercado es de marca blanca de una conocida cadena alemana de supermercados y cuesta sólo 3 euros: una revelación que revolucionó el mercado y llevó a agotar las existencias del producto.

Lanzado el dardo por la OCU, afirmando que la mayoría de cremas antiarrugas no tienen efecto, Stanpa se manifiesta, poniendo en duda la rigurosidad y metodología empleada en el informe, siempre manteniendo un profundo respeto por la OCU. En este sentido, Stanpa detecta diez errores metodológicos que invalidan las conclusiones y confunden al consumidor:

1. El mismo estudio, publicado en diferentes países, coloca los 14 productos en distinto orden y publica conclusiones distintas. Según Stanpa, no es justificable que un mismo informe publique resultados diferentes según el país en el que se publique.

2. En Francia, Bélgica o Portugal, la crema situada en primer lugar en España tiene una eficacia antiarrugas percibida por los consumidores como Mala (-), mientras que en España aparece como Aceptable.

3. El estudio no aporta datos básicos como el lugar dónde se ha realizado, ni las garantías de homologación o certificación de sus métodos. En el informe apenas se describe la metodología de análisis, que se explica con expresiones imprecisas e inaceptables en un estudio científico. Cualquier informe de estas características está obligado a una total transparencia, por lo que es imprescindible especificar dónde se hace, quienes son los autores, qué acreditaciones tiene el laboratorio y qué instrumental se ha utilizado. Sólo de este modo, otro laboratorio podría reproducir el mismo estudio con los mismos métodos y comprobar si se obtienen resultados similares. Con los datos publicados por la OCU es imposible repetir el informe, por lo que las compañías están en total indefensión ante la ausencia de transparencia metodológica.

4. El estudio se ha basado en pruebas en mujeres de entre 31 y 70 años, lo que supone una diversidad de madurez en la piel que requiere tratamientos cosméticos distintos.

5. No se explica el tratamiento estadístico de los datos y las referencias a ello son imprecisas. Los estudios en referencia a antiarrugas deben medir:

a) Número total de arrugas

b) Longitud de la arruga (en mm)

c) Superficie total (en mm2)

d) Profundidad de la arruga

En el estudio de la OCU estos resultados no se dan ni se presentan en % de reducción, sino en una tabla con una escala de números con una puntuación que no existe en ninguna directriz de eficacia antiedad.

6. No está claro el número de mujeres participantes en el estudio: en unos casos se afirma que 995 y en otros que 450, lo cual cuestiona la fiabilidad de la información.

7. El estudio afirma que ha utilizado un "producto estándar elaborado por un laboratorio de eficacia conocida" como medida de comparación, lo cual no es veraz. Un laboratorio de ensayo no fabrica cosméticos, por lo que es totalmente injustificable que se utilice este supuesto producto. En ciencia está totalmente prohibida la utilización de productos secretos por motivos éticos y de garantías a los participantes. Las técnicas utilizadas por la comunidad científica (corneómetro y FOITS) no utilizan ningún producto estándar como comparación.

8. La reinvindicación "antiarrugas" no es una forma de actuación, sino que se basa en siete factores, algo que ignora totalmente el informe de la OCU, que es excesivamente simplista.

a) Es un error considerar para la diversidad de productos antiedad, la medida de sólo dos factores. Hoy en día, en función de los productos se miden hasta siete factores, pues el tratamiento de la piel requiere un enfoque integral.

b) La hidratación es un objetivo básico de cualquier producto de cuidado de la piel, pero todos los demás pueden ser variables: hoy en día, la dermatología ha identificado al menos 7 signos diferentes de envejecimiento cutáneo, por lo que diferentes productos pueden estar formulados para atender unos u otros objetivos.

c) La evaluación objetiva de la eficacia de un producto antiedad requiere de una técnica instrmental adecuada.

9. El informe no considera el resultado favorable declarado por las propias mujeres encuestadas, limitándose a decir que "sí que está de parte de las cremas" pero no ha otorgado valor a la autoevaluación por las consumidoras, que sí que es una parte considerada científicamente necesaria en los estudios acreditados.

10. Sin base científica alguna, el informe incita a despreciar expresiones como "dermatológicamente testado" o "con control dermatológico", expresiones reguladas por las directrices de la Comisión Europea que aportan una información de gran valor para el consumidor. El propio estudio no menciona la participación de dermatólogos ni la realización del control previo obligatorio de las mujeres participantes por un dermatólogo.

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