El cabello graso no es un trastorno dermatológico grave, aunque sí un problema antiestético y preocupante para la persona que lo sufre. Además, si se alarga en el tiempo puede convertirse en un problema de caída y debilidad capilar. El exceso de grasa en el cabello se produce por un desequilibrio en las glándulas sebáceas del cuero cabelludo, que realizan una sobreproducción de sebo, mucho más del necesario para la correcta protección de la piel y del cabello. Ese exceso se deposita en las raíces y el cuero cabelludo, creando una película hidrófuga que da un aspecto untuoso y sucio. Además, esta grasa acumulada puede llegar a bloquear los folículos, asfixiando el cabello y provocando su caída. De hecho, uno de los puntales de los tratamientos anticaída es la regulación de la grasa, para conseguir un cabello oxigenado y limpio sobre el que aplicar los productos fortalecedores.
El exceso de grasa debe regularse con productos específicos que frenen esa sobreproducción sin resultar demasiado astringentes. Si se elimina por completo la grasa del cuero cabelludo, puede producirse un efecto rebote: al verse desprotegidas, las glándulas sebáceas reaccionan produciendo más sebo y agravando el problema. De este modo, la limpieza es necesaria, pero sin ser exagerada. Las fórmulas reguladoras deben ser respetuosas con el cuero cabelludo y el cabello, buscando un equilibrio. Es importante que el peluquero aconseje a sus clientes sobre los hábitos correctos de cuidado de un cabello que tiende a engrasarse con rapidez: utilizar los productos cosméticos adecuados, lavar con frecuencia el cabello y no sobrecargarlo de productos de styling. El capítulo del lavado es muy importante, porque un agua demasiado fría no consigue disolver todo el sebo acumulado, pero si está demasiado caliente los poros se abren y se favorece la producción de grasa. Así que lo más adecuado es lavar el cabello con agua moderadamente caliente y acabar con un último aclarado de agua fría, que además de cerrar los poros aporta mucho brillo al cabello. Si la producción de grasa es realmente excesiva, además del champú regulador pueden usarse mascarillas astringentes o lociones formuladas para frenar la sobreproducción de sebo. Pero si finalmente el tratamiento cosmético profesional no da resultado para equilibrar el cabello y devolverle su funcionamiento normal, no está de más aconsejar al cliente una visita al dermatólogo.
Foto: Bundy Bundy
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