Una tendinopatía es una lesión del tendón (tejido fibroso grueso que une los músculos a los huesos), que se puede presentar con o sin inflamación, provocada por sobrecarga. La recuperación de una tendinopatía no es fácil, ya que la reestructuración del tendón suele ser muy lenta, mínimo de entre 3 y 6 meses.
La tendinopatía es una enfermedad frecuente, llegando a afectar a un 5% de la población del país (más de 2,3 millones de personas). Está relacionada con el trabajo (en especial en los que se realizan movimientos repetitivos de brazos y piernas) hasta el punto de que 1 de cada 3 tendinopatías provienen del ámbito laboral y en el deporte, representa entre el 30% y el 50% de las lesiones.
La tendinitis puede ocurrir en cualquier tendón; sin embargo, en el tronco superior es más frecuente alrededor de los hombros, los codos y las muñecas.
La epicondilitis es una de las tendinopatías más frecuentes entre los profesionales de la peluquería. Ésta consiste en una inflamación de los tendones epicondíleos, que son los encargados de controlar los movimientos que realiza la mano y se encuentran en la cara externa del codo. Al hacer movimientos repetitivos, llegan a producirse microlesiones que con el tiempo derivan en irritación y dolor en la parte externa del codo.
El síndrome del túnel carpiano es otra de las tendinitis más comunes entre los profesionales de la peluquería y se da en la zona del nervio mediano de la mano. La función de este nervio es proporcionar sensibilidad y movimiento a la mano y ayudar a flexionar la muñeca y los dedos. Diferentes estudios han demostrado que el rango de edad con más riesgo en el síndrome del túnel carpiano es de 30 a 60 años y se da en un porcentaje de casos mayor en mujeres que en hombres.
La muñeca es una parte del cuerpo que utiliza de forma intensa el profesional de la peluquería al cortar y secar el pelo, utilizar el peine de rulo o usar las tijeras. La tendinitis de muñeca se produce especialmente cuando la doblamos mucho, cuando apretamos más fuerte de lo normal o cuando realizamos movimientos repetitivos.
Los hombros también son una de las zonas más propensas a sufrir tendinopatía, provocada al cortar, secar o rizar el pelo de forma reiterada o al estirarse muy a menudo de manera forzada para alcanzar a coger tijeras u otros utensilios en una zona alejada del alcance de la mano.
En general, el pronóstico de esta enfermedad es bueno y en la mayoría de casos se pueden tratar con reposo, fisioterapia y medicamentos para reducir el dolor, aunque la enfermedad puede volver a aparecer si no se sigue el tratamiento correctamente.
Si la tendinitis perdura, se pueden desencadenar una serie de reacciones que provocan que no se mantenga la fortaleza y la flexibilidad del tendón afectado, pudiendo dar como resultado que el tendón se acabe rompiendo. En estos casos más graves de la enfermedad, puede llegar a ser necesaria una intervención quirúrgica para poder solucionarla.
La mayoría de las tendinitis mejoran significativamente con la aplicación local de frío, ya que el contraste con el hielo y/o bandas frías ayudará a disminuir la inflamación, reducir el dolor y los espasmos musculares. También es recomendable evitar actividades que puedan ser perjudiciales para el dolor y la hinchazón del tendón. Los antiinflamatorios orales ayudan a reducir el dolor y la inflamación, pero no es bueno tomarlos durante mucho tiempo, ya que puede provocar efectos secundarios y porque al disminuir el dolor, se sigue realizando la actividad responsable de la sobrecarga del tendón. Enmascarar el dolor con antiinflamatorios conlleva a una cronificación de la lesión e incluso una rotura del tendón, al seguir realizando el movimiento repetitivo que la ha provocado.
Es aconsejable, una vez superada la primera fase, un programa de ejercicios y estiramientos de intensidad creciente y gradual, evitando el dolor y la aplicación de calor (máximo 20 minutos) solamente antes de iniciar una actividad física, para mejorar la elasticidad, el aporte de nutrientes y oxígeno.
La fisioterapia es un buen tratamiento para la recuperación del tendón. Los ejercicios ayudan a fortalecer el músculo y el tendón afectado. Para las enfermedades crónicas del tendón es una de las mejores opciones.
Los complementos alimenticios también pueden ser una buena medida de tratamiento.
La prevención para esta enfermedad es muy importante. El mantenimiento del estiramiento y la flexibilidad de los músculos reduce el riesgo de sufrir una tendinitis en un alto porcentaje.
Para reducir la probabilidad de padecer una tendinitis, hay que evitar actividades que produzcan una sobrecarga de la tensión del tendón. De hecho, la causa más común para padecer una tendinitis es el sobreesfuerzo en el trabajo realizando movimientos repetitivos de los brazos y las piernas.
Algunos ejercicios para prevenir la tendinitis son:
Posición inicial: sujetaremos la banda elástica por un extremo a un punto fijo y en el otro con la mano del brazo afectado, nos posicionaremos de pie bien alineados y con los brazos pegados al cuerpo.
Realización del ejercicio: desde la posición inicial comenzaremos una contracción del 70% de la fuerza máxima voluntaria, extenderemos la muñeca hacia atrás durante unos 30/45 segundos y volveremos a la posición inicial.
Posición inicial: nos pondremos en posición cuadrupedia, manteniendo la cabeza alineada con la espalda, codos extendidos y los puntos de apoyo como rodillas y manos separadas a la altura de la cadera y hombros.
Realización del ejercicio: consiste en juntas las escápulas, separarlas llevando los hombros hacia adelante. Mantendremos esta posición unos 3 segundos. Se aconseja repetir el ejercicio varias veces.
Bibliografía:
Planetlook.com:
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