Cuidado capilar

El masaje capilar es una técnica eficaz y accesible que, más allá de proporcionar una sensación placentera, puede marcar una diferencia notable en la salud capilar. Para el profesional de la peluquería, incorporar esta práctica en los rituales de cuidado ofrece una doble ventaja: mejora la experiencia del cliente y potencia la eficacia de los tratamientos aplicados en el salón.

Además de estimular la circulación sanguínea del cuero cabelludo, los masajes capilares favorecen el crecimiento del cabello y refuerzan la fibra desde la raíz. Como apunta María García, responsable de experiencia de cliente de la firma sevillana Dalire, especializada en champús sin sulfatos: “Al aumentar el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo, los folículos reciben más oxígeno y nutrientes, lo que favorece el crecimiento del cabello. Además, estos masajes fortalecen la raíz y evitan así una caída excesiva”.

Entre sus múltiples beneficios, destacan la mejora en la absorción de productos capilares. Un cuero cabelludo con una circulación adecuada es capaz de aprovechar mejor los activos presentes en champús, aceites y mascarillas. García lo resume así: “Sin duda, maximizan sus beneficios, en especial si los productos están libres de sulfatos, respetando el equilibrio del cuero cabelludo y potenciando el crecimiento del cabello. Recomiendo siempre los champús nutritivos, los anticaída y las mascarillas; estas últimas, con sus aceites naturales y proteínas, aportan una hidratación profunda y refuerzan la fibra capilar”.

Otro punto fuerte de esta técnica es su capacidad para reducir el estrés y equilibrar el cuero cabelludo. Un masaje regular disminuye la tensión, reduce los niveles de cortisol —hormona relacionada con la caída capilar— y regula la producción de sebo, tanto en casos de exceso de grasa como en cueros cabelludos secos.

Para el profesional, el masaje capilar es una herramienta terapéutica que, bien aplicada, no solo fideliza al cliente por su efecto relajante, sino que también multiplica los beneficios de cualquier tratamiento técnico o cosmético. Una práctica sencilla, pero con un potencial enorme en el salón.