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El auge del hair coaching: cuando el peluquero se convierte en mentor capilar
Redacción Planet Look14/07/2025 En la peluquería actual, algo está cambiando profundamente: el papel del profesional ha evolucionado. Ya no basta con dominar las tijeras o aplicar un buen color. Hoy, los salones de peluquería se están convirtiendo en espacios de educación capilar, y el peluquero, en un auténtico coach del cabello.
Este enfoque, conocido como hair coaching, va mucho más allá del simple servicio. Se trata de acompañar al cliente en el conocimiento y cuidado de su propio cabello. Para ? Adrián Pardo, estilista y director de Adrián Pardo Hair Studio, este cambio de paradigma ha supuesto una transformación positiva en la relación con los clientes: “Desde mi experiencia, la relación con el cliente se ha fortalecido notablemente. Ya no se trata solo de ejecutar un servicio, sino de acompañar al cliente en el conocimiento de su propio cabello. Cuando asumes el rol de asesor y les explicas cómo cuidarlo en casa, se crea un vínculo de confianza muy sólido”, afirma.
Esta nueva relación genera un impacto directo en la calidad del trabajo en el salón. “El cliente ve los resultados de lo que le recomiendas y eso genera un feedback muy positivo. Además, el cabello está mejor cuidado, responde mejor a los tratamientos, y la clienta se siente más tranquila. En definitiva, el resultado mejora en todos los sentidos”, añade Pardo.
Pero para que el hair coaching funcione, es necesario que el cliente también adquiera ciertos conocimientos básicos. Según el peluquero, esto no implica formarse como técnico, pero sí entender algunos conceptos clave: “Es importante que las clientas comprendan qué es un tensioactivo, cómo funcionan los conservantes o qué papel juegan los parabenos. No hace falta que sean expertas, pero entender esto les ayuda a tomar decisiones más informadas y evita incompatibilidades”.
El profesional, en este nuevo escenario, se convierte en un educador. “Debemos comunicar con claridad qué se puede y qué no se puede hacer, y ser honestos sobre los límites técnicos o químicos”, sostiene el estlista.
Más fidelidad, más compromiso
El hair coaching no solo mejora los resultados: también fideliza. Las clientas ya no acuden solo por un cambio de look, sino por la confianza en el criterio del profesional. “El hair coaching ofrece beneficios enormes para ambas partes. El profesional se convierte en una figura de referencia, y eso genera una fidelidad muy difícil de romper. La clienta no vuelve solo por un corte o un color, vuelve por el acompañamiento”, explica Adrián.
Ahora bien, este cambio de rol exige también una transformación del propio peluquero. “Implica más formación, más actualización y una actitud más pedagógica. Pero la recompensa es clara: clientas más comprometidas, más satisfechas y con resultados mucho más duraderos en el tiempo”.
Así, el hair coaching no es solo una tendencia: es una herramienta estratégica para la peluquería del presente. Y para profesionales como Adrián Pardo, representa el camino natural hacia un servicio más personalizado, consciente y sostenible. Porque un cliente que comprende su cabello es un cliente que confía, y esa es la base de cualquier gran salón.