Inspirada en los matices poéticos de los kimonos de seda, la sutileza de los cerezos en flor y la contemplación de paisajes orientales, la colección despliega una paleta cromática que equilibra lo efímero y lo eterno. Tonos empolvados, rosas nacarados, verdes musgo y azules profundos se entrelazan con acentos metálicos y destellos intensos, generando contrastes tan refinados como impactantes.
Esta propuesta trasciende lo estético para convertirse en una experiencia sensorial que rinde homenaje a la cultura asiática a través de la mirada atrevida ?del estilismo actual.