Dicen que, cuando un cliente cruza la puerta de un salón, ya lleva consigo una historia. En Fuente Álamo, hay un lugar donde esa historia importa tanto como el resultado final. Es el Estudio de Mónica, creado por Mónica Moreno y Salvador Oliver, dos miradas que se entienden sin palabras cuando se trata de acompañar al cliente. Allí, la belleza no empieza en el cabello ni termina en un espejo: empieza escuchando y se completa en cuerpo, mente y alma.
En PlanetLook hablamos con Mónica Moreno, peluquera con amplia experiencia en asesoría de imagen y visagismo, quien nos compartió las claves de esta nueva apuesta que busca elevar y transformar la experiencia del cliente.
¿Cómo nace el Estudio de Mónica?
Es un estudio creado para el bienestar exclusivo del cliente, tanto capilar como estético y relajante. El eslogan lo define muy bien: cuerpo, mente y alma. Nace de observar que cada persona necesita un espacio propio, íntimo y personal donde sentirse realmente atendida.
¿Qué hace que cada visita sea tan especial?
Desde que el cliente entra, tenemos en cuenta la música, el ambiente y la forma de recibirlo. Observamos cómo llega, cómo viste y qué necesita ese día. Hay clientes que quieren hablar y otros que solo buscan paz. Nuestra especialidad es captar ese estado y adaptarnos a él. Cada visita es distinta porque cada persona es distinta.
¿En qué consiste tu asesoría de imagen?
La base es el visagismo: estudiar los rasgos, potenciar los buenos y disimular los que no favorecen, si los hubiera (ríe). En los eventos, tenemos en cuenta el ‘outfit’; la estación del año; si es de día, tarde o noche y el tipo de acontecimiento. Todo influye para construir una imagen coherente y auténtica.
¿Cuál es el papel de la neuropeluquería en tu trabajo?
La clave es escuchar y observar. Saber a qué se dedica el cliente, cuáles son sus gustos, cómo viste, en qué momento personal está y cuáles son sus aficiones. La neuropeluquería permite crear un cambio que no solo se vea bien, sino que también pueda vivirse desde dentro. No se trata solo de cabello, se trata de entender a la persona en todas sus dimensiones.
¿Qué ha marcado el camino del estudio y qué sueñas seguir construyendo?
Conocer a Salvador abrió mucho mi mente. Con nuestras experiencias, hemos creado este espacio tan único. Siempre digo que quiero ser tan única que ni la inteligencia artificial pueda sustituirme. Ese es el propósito: seguir creando experiencias tan personales y tan reales que solo puedan nacer del contacto humano.