Estilismo personalizado, nuestro día a día

Redacción PlanetLook25/04/2017
Estamos obligados a formarnos y reciclarnos continuamente para, al menos, mantenernos al día de las últimas tendencias y poder asesorar a nuestros clientes en el salón. De ello nos habla Jose García de Jose García Peluqueros.
Imagen

El término estilismo está vinculado al de la imagen perfecta. Esto quiere decir que para lograrla se ha requerido un profundo análisis previo, destreza y conocimiento durante la elaboración y, en ocasiones, unos pequeños cuidados y mimos que permitan lucirla correctamente. Solamente con la unión de todos estos conceptos se obtiene un resultado impecable.

Sin embargo, de unos años a esta parte, el término estilista se ha venido utilizando con poca fidelidad a su verdadero significado arrojando resultados de escaso acierto.

En el Renacimiento italiano los artistas destacaban, no solo por sus magníficas obras, sino también por su polifacetismo, ya que dominaban las disciplinas de arquitectura, escultura y pintura, entre otras. Podríamos pensar que nuestra profesión es la herencia de esta época: esculpimos con las tijeras y navajas, pintamos con paletinas y tintes, y diseñamos resistentes estructuras de pelo con la ayuda de un secador, cepillo y laca.

Pero no podemos sentirnos artistas por saber cortar, teñir y peinar, sino que además debemos ser capaces de asesorar a nuestros clientes en el estilo que mejor se adecúa a sus características. Para ello, además de conocer qué se lleva en esa temporada, habrá que analizar la morfología del rostro, del cuerpo, el color de la piel e, incluso, la personalidad y forma de vida.


MODAS Y TENDENCIAS
Las modas cambian constantemente y cada profesional las personaliza adaptándolas a su salón. Pero en realidad, ¿nos adaptamos a las modas o adaptamos la moda a nuestros clientes? Parece una pregunta sencilla de responder, pero la realidad está llena de matices que conducen a respuestas contrarias.

Centrándonos en la moda, podemos asegurar que en la actualidad se llevan los cabellos rizados con texturas y diferentes tipos de volúmenes. En color los rubios están resurgiendo con fuerza gracias a la reformulación de productos menos agresivos, haciéndolos más personalizables. Estas tendencias nunca se pueden plasmar en los clientes de la misma forma. Debemos entender que son propuestas actuales en donde inspirarse a la hora de ofrecer cambios a nuestros clientes.

También ocurre que el cliente tiene clara cuál es la imagen que le gusta proyectar y con la que se siente cómodo, pero eso no quiere decir que sea la imagen más conveniente, bien por no guardar armonía con su morfología facial o corporal, o bien ser un estilo potencialmente actualizable.


PERO ENTONCES, ¿NECESITAN NUESTROS CLIENTES CAMBIAR PERMANENTEMENTE?
Evidentemente el factor estético influye notablemente en el estado de ánimo de las personas. Un claro ejemplo nos lo encontramos cuando una persona busca un cambio drástico en su vida, suele comenzar por el cambio de imagen. Un corte de pelo, un cambio de color, la renovación del fondo de armario, cualquier cosa que pueda evitar ver diariamente la imagen de esa persona que era antes. Es importante tener cuidado con estos casos ya que no siempre se obtiene el resultado deseado y, en gran parte, es nuestra responsabilidad.

En cuanto a la necesidad permanente de realizarse un cambio, si se entiende como uno drástico, la respuesta es claramente negativa. Por el contrario, si el cambio se entiende como evolución, entonces se invierte el sentido de la respuesta. Si el vestuario que encontramos hoy en día en las tiendas no es el mismo que el año anterior ni mucho menos que hace 10 años, ¿por qué hemos de mantener el mismo corte, color y peinado?

Ahora bien, no todo lo promovido por la moda es válido para todos por igual. Si se llevan los flequillos, podremos cortárselo a la clienta que le quede bien, y fundamentalmente, siempre que se ajuste a su tipo de rostro, habiendo tenido en cuenta sus nacimientos y posibles remolinos. Errar en cuestiones de este tipo puede traernos a nosotros como profesionales, más disgustos que beneficios.


GUIAR AL CLIENTE
En ocasiones encontramos clientes a los que les cuesta mucho aceptar los cambios. Normalmente solemos culparles tachándoles de negativos, conservadores o testarudos, sin pararnos a pensar en que simplemente no hemos sabido escucharles suficientemente.

Por último, existe mucha costumbre de que el cliente demande una imagen similar a que luce un famoso en una revista o bien un modelo de un folleto publicitario. La cantidad, calidad, color de pelo, la morfología facial, la altura y el volumen del cuerpo, el color de la piel, etc. son factores que han sido profundamente estudiados para el caso concreto del modelo o famoso en cuestión antes de realizar su estilismo. Por ello es nuestro deber analizar la materia prima que tenemos delante y sobre la que vamos a crear para advertir a nuestro cliente de cuáles son sus ventajas e inconvenientes y para adaptar en ellos esa solución.

El término estilista, que se ha venido utilizando en los últimos años con mucha ligereza, requiere más conocimientos que las meras técnicas de corte, color y peinado. Esto lleva a distraer al cliente acerca de nuestras aptitudes, que flaco favor hace esto a nuestra profesión, ya que le resta toda credibilidad cuando se falla en aquellos campos que no se llegan a dominar. Y todo esto sin mencionar que estamos obligados a formarnos y reciclarnos continuamente para, al menos, mantenernos al día de las últimas tendencias y no fallar en lo nuestro, el pelo.

Por Jose García de Jose garcía Peluqueros (Pamplona)

Equipo artístico de Schwarzkopf Professional

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