Cuando llega una invitación de boda, a nuestros clientes o a nosotros mismos, nos invade una serie de emociones agridulces. Dulces, por la alegría de compartir uno de los momentos más importantes en la vida dos personas queridas, pero agrio por el complejo ritual de la preparación.
Se quiera o no, es sumamente importante acertar con el estilismo para no parecer que, como dice la canción de Mecano, alguien se coló en una fiesta. Una labor en la que los estilistas tienen la mayor responsabilidad, pero muchas veces, queramos o no, en su defecto, nos designan a los peluqueros como encargados de asesorar al cliente, tanto en peluquería y maquillaje, como en vestuario y complementos.
El tipo de ceremonia
Antes de todo se debe hacer es diferenciar el tipo de boda a la que va a asistir: (mañana o tarde, ceremonia religiosa o civil).
El vestuario
Primero hay que reconocer el estilo habitual del cliente. Con los complementos y abalorios sucede algo similar. Si no se llevan con elegancia y clase, la imagen proyectada resulta nada seductora. Al fin y al cabo, el estilo es muy personal y cada cual lo hace grande por sí mismo.
El calzado
Este es el segundo factor a tener en cuenta en nuestro orden de asesoramiento estético. En síntesis, el calzado debe ser adecuado al vestuario, sin olvidar que ha de encajar en la persona que lo lleva. Existen multitud de tipologías y tamaños de tacón donde poder elegir, teniendo en cuenta que hay que aguantar con ellos todo el evento.
El peinado
Independientemente de quién haya decidido el vestuario y los complementos, en el caso del peinado, nosotros somos los agentes adecuados para asesorar al cliente. Después de una correcta elección de vestuario no podemos realizar un peinado extremadamente natural, ya que acabarías quitándole brillo a su imagen.
Si te decantas por un recogido, habrá que elegirlo en función del vestuario. Si, en cambio, lo más apropiado para la ocasión resulta el cabello suelto, haz que quede pulido y con una textura que aporte movimiento. Las personas que evitan los recogidos por temor a parecer mayores, pueden optar por un semi-recogido lo más natural posible, sin abusar de los cardados y excesos de volumen.
Los complementos para el cabello
El adorno en el cabello debe ayudar a lucir el peinado. Es mejor que deleguen su elección en nosotros los profesionales, ya que si no aciertan puede incluso perder la armonía.
Suele ser habitual que las chicas que optan por peinarse en casa para ir a una boda, acaben colocando un abalorio, a sabiendas de que así el peinado casero gana y distrae la atención a la falta de profesionalidad.
El maquillaje
Las personas que se auto-maquillan habitualmente, suelen pensar que no precisan de un profesional. Sería una pena que ese día tan señalado, en el que tienen todo el estilismo atado, se termine fastidiando por un maquillaje poco adecuado. Debemos asesorar a nuestra clienta sobre la importancia que tiene un maquillaje profesional. Le ayudaremos en la elección de tonos y aplicaremos el maquillaje con rigor y limpieza de forma que note claramente nuestra profesionalidad.
En resumen
En las bodas, los novios quieren compartir con sus seres queridos el día más feliz de su vida, lo que nos convierte en responsables de acompañarlos con todo el esmero estético que se merecen. Si algo hay en las bodas son fotos, que permanecerán para el recuerdo en el álbum. Como si de un photocall se tratase, cuida su imagen, pero, sobre todo, sé fiel a su estilo para que no sea éste quién se apodere de la situación.
Texto por José García
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