PLANETLOOK.COM Peluquería y Estética Profesional by CC MAGAZINE

Peluquerías originales

Salón de peluquería by Héctor Carvajal

Cuando la realidad supera los sueños

Héctor Carvajal se ha decidido a dar el paso y ha abierto su propio salón en el corazón de Barcelona. Un salón que es un reflejo de lo que es su concepto de peluquería. La decoración es obra de la interiorista Pía Capdevila que ha sabido interpretar sus deseos y sobre todo crear el lugar de trabajo para Héctor y un remanso de tranquilidad para sus clientas.

El día que fue elegido Peluquero Español de Vanguardia en Cosmobelleza se sintió con fuerza para sacar adelante sus propios proyectos. Con el apoyo de amigos y familiares ha podido abrir su propio salón.

En su opinión hay dos tipos de peluquería: un ticket bajo que obliga a hacer muchos servicios para cubrir costes o un ticket alto que permite dedicar tiempo a cada cliente y pulir el trabajo. Esta segunda opción es la que ha elegido. En su salón Héctor Carvajal trabaja con Goldwell (coloración), Balmain y Label M.

Ese tiempo que se dedica al cliente sirve para disimular los inestestismos, favorecer su belleza y aumentar su autoestima, les ayuda a superar sus complejos. “El marco del rostro de la gente lo ponemos nosotros y nuestro deber es ofrecer el más adecuado a cada persona”.  El cliente acude a la peluquería para sentirse mejor y cuando sale le apetece salir, ir de cena o de compras. “Me gusta que la gente salga sonriendo de mi salón”.

Ahí le ha ayudado Pía Capdevila. Héctor envío 237 referencias de salones que había recopilado durante años a su diseñadora. “Cuando me enseñó el salón debo reconocer que no era lo que yo había soñado pero sí donde me veía trabajando”.

Es diferente con elementos puros: madera, cristal, metal. La decoración oscila entre colonial e industrial toque frío, pero cálida a la vez. Con una ambientación neutra buscaba que destacara el peluquero. Sólo se han adquirido los sillones de los tocadores y los lavacabezas en mobiliario específico el resto procede de tiendas de interiorismo.

El local tiene dos niveles. En el primero a pie de calle están los tocadores separados por unos barrotes donde los estilistas pudieran peinar y cortar el cabello sin que se viera a la clienta desde la calle. La segunda zona, en un nivel inferior, se encuentra la zona de lavacabezas y laboratorio de coloraciones y en una tercera área al fondo del local se encuentra una zona con sofás, libros de moda, cafés, bebidas y que da acceso a la terraza que tanto éxito ha tenido entre los clientes en esos días de verano.

Esta área se ha convertido en el centro neurálgico de un salón que ofrece una experiencia social. Aquí se reúnen tres o cuatro amigas que saben que Héctor las va atendiendo poco a poco, mientras tanto están charlando, tomando un café, mirando revistas. “Me he dejado aconsejar y me gusta el resultado”.

En cambio, Carvajal se ha encargado personalmente del escaparate donde ha colocado unas pelucas con muestras del trabajo de coloración de fantasía y un cartel de la firma Balmain. Una carta de presentación que ha llamada la atención de los transeúntes. 

“Tengo buenas clientas y me he dado cuenta del cariño que me profesan”. Desde el principio se ha encontrado con agendas llenas todos los días. Ha llegado a la tesitura de no poder atender a un cliente nuevo por tener la agenda llena, por lo que en otoño se incorpora un nuevo estilista. “Quiero rodearme de buen ambiente y de buen humor”.  La mano derecha de Héctor es Judith, quien había sido alumna suya y colaboradora en Backstage y que ahora se ha incorporado al nuevo proyecto.

Héctor no ha hecho publicidad, le ha funcionado el boca-oreja y una política de puertas abiertas. Cuando alguien se queda mirando el salón, si están libres, Héctor o Judith salen a saludar al posible cliente, le enseñan el salón y le dan una tarjeta. Muchos acaban pidiendo hora. Los nuevos clientes son vecinos, personas que trabaja en la zona y a veces también gente de paso.

Ahora Héctor Carvajal sabe que se debe facturar y cumplir con los rapports. Pero él aconseja, no vende. Les dice a sus clientes: “Si quieres estar divina, necesitas esto y esto”. De este modo, les genera una necesidad… y funciona. “He doblado las previsiones de venta que se hicieron en el plan de empresa”. 

Carvajal se siente muy feliz al haber visto sus sueños realizados. Eso sí, quiere seguir haciendo colecciones porque cree que tiene potencial para hacer cosas interesantes. Es algo que le da vida y seguridad. Aunque tal vez deba esperar un tiempo. “Mi reto es que esto salga adelante y crezca”.  Añade: “debo agradecer todo lo que he aprendido en estos seis años en Backstage que ha sido mi trampolín”. 

 

Héctor Carvajal

Subir