PLANETLOOK.COM Peluquería y Estética Profesional by CC MAGAZINE

Peluquerías originales

Juan, Por Dios!

En Chueca como en casa

por Neus Hilari

En el Madrid actual de la post-movida; la moda, el arte y la vanguardia hierven en un sólo espacio: Chueca, el barrio más cool de la capital. Bien claro lo tenían los visionarios estilistas Juan y Guillermo cuando, hace diez años, inauguraron el primer salón de Juan, Por Dios! en el barrio, único lugar posible para poder crear un agradable espacio multi-funcional donde cortarse el pelo o tomarse un café mientras se admira una exposición de fotografía. Todo con la única idea de hacer sentir al cliente como en casa, un objetivo de sobras cumplido, en uno de los salones más emblemáticos de Chueca. ¡Pasen y siéntanse como en casa!

Cuentan los creadores de Juan, por Dios! que, cuando decidieron abrir el salón, sólo deseaban conjugar un lugar sencillo y discreto en el que el cliente pudiera sentirse como en casa. Poco imaginaban que, a medida que el proyecto empezara a tomar forma, acabaría convirtiéndose en el salón tan ecléctico y audaz que es hoy en día, donde nada pasa desapercibido.

Empezando por su nombre y hasta su decoración o el estilo de sus estilistas, Juan, por Dios! es uno de los salones de peluquería madrileños que más personalidad destila. Su estilo fresco y su gran espacio, abierto y diáfano, a medio camino entre lo kitsch y lo rabiosamente vanguardista, hacen que Juan, por Dios! parezca concebido por y para Chueca, el barrio más cool de Madrid, donde hace ya diez años los estilistas Juan y Guillermo decidieron instalar su nuevo salón.

Corrían los años noventa y Chueca fue la respuesta de transgresión, modernidad y vanguardia que necesitaba un Madrid que hacía ya demasiado tiempo que dormía la resaca de la Movida. Y precisamente fue esta ebullición de vida y transgresión la que consiguió despertar el interés por el barrio de los creadores de Juan, por Dios!, como enclave para instalar su futuro salón. “Nunca dudamos de que el salón se ubicaría en Chueca. En ese momento no había duda alguna: el lugar era Chueca, el barrio hervía y ¡nosotros debíamos estar ahí!”, afirman, eufóricos, Juan y Guillermo. Y así fue cómo nació un lugar donde los clientes están invitados a relajarse y a dejarse llevar por el entusiasmo de un salón en el que no sólo es posible cortarse el pelo, sino también disfrutar de sesiones de música chill-out, de una selección de ropa y complementos femeninos o de exposiciones de pintura y fotografía. Un salón muti-espacio en el que, en definitiva, sólo se necesita entrar y... empezar a disfrutar.

Vanguardia cotidiana

Es precisamente esta innovadora idea de salón multi-espacio, la que se convirtió en premisa básica para construir la filosofía que se respira en Juan, por dios!. “La idea de crear un lugar multi-espacio la teníamos muy clara desde el principio. Somos dos personas con muchas influencias culturales, por lo que necesitábamos un local grande y espacioso donde poder dejar volar la imaginación y ofrecer a nuestros clientes cualquier idea que se nos pasara por la cabeza”, explican Juan y Guillermo.

El salón se conforma a modo de amplísimo loft en el que las tendencias rústicas, vintage y vanguardistas confluyen en una sola: la propia de Juan, por Dios!, aquella que, de una manera fresca, refleja la singularidad y el eclecticismo de sus propietarios y, por extensión, de la filosofía del salón. La decoración bebe de tonos marrones, beige y amaderados, entre los que se enmarcan con gran naturalidad los sofàs de sky más retros y los muebles de última tendencia, como los rompedores tocadores colgantes  –enser fetiche de Juan y Guillermo que, de momento, puede encontrarse en el salón del barrio de Malasaña– que permiten ser desplazados por la pared dependiendo del uso que en ese momento necesite el estilista, ya que un tocador puede usarse para trabajar tanto con una como con dos personas.

De este modo tan original, Juan y Guillermo han logrado crear un espacio tan amplio como acogedor, donde atienden a sus clientes con rituales basados en la confianza y el estilo propio de cada cliente. Para ello, es básico rodearse de buenos profesionales, algo que en Juan, por Dios! saben muy bien, por lo que cuentan con un equipo de 25 profesionales, entre los que se encuentran peluqueros –que también son coloristas–, ayudantes y recepcionistas. Entre los peluqueros, cabe destacar la selección, hecha adrede, de estilistas de distintas tendencias y con distintas experiencias, de manera que en Juan, por Dios! siempre sea posible congeniar con cualquier tipo de cliente, independientemente de su apariencia, estilo o tribu urbana. “Es así como en el salón nos visitan clientes de lo más variado, y ese es uno de los puntos más fuertes de nuestras dos peluquerías, que te puedes encontrar desde una señora que te pide el clásico servicio de “lavar y marcar” hasta un punk o cualquier otro estilo de persona”, afirman, orgullosos, Juan y Guillermo.

Así que, el salón puede presumir de haber cumplido el objetivo más importante de su creación: hacernos sentir a todos como en casa, una casa única que por cada rincón se encuentra esa manera tan especial de ver la vida de Juan y Guillermo. Todo para conseguir fomentar una comodidad casi cotidiana entre sus clientes, sin límites ni diferencias. Y esto, en estos tiempos de homogeneización tan agudos que vivimos actualmente, es algo que no tiene precio.

Juan, Por Dios!

Subir