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Peluquerías originales

Taller Barcelona

Modernizada antigüedad

por Neus Hilari

Pasear por las estrechas calles del barcelonés barrio del Born significa adentrarse en la Barcelona más cool. Los diseñadores emergentes de la Ciudad Condal es ahí donde tienen sus propias boutiques, mezclándose entre las decenas de anticuarios y tiendas de ropa vintage que poblan el barrio, reductos de la historia más antigua de Barcelona. Es en este ambiente que conjuga extrema modernidad e historia donde se sitúa Taller Barcelona, un salón inaugurado recientemente que ofrece la naturalidad, el bienestar y el respeto por el entorno como máximo sello de identidad.

Es precisamente en la pequeña y tranquila calle Peixateria donde se halla Taller Barcelona, un salón que encarna a la perfección los valores que se respiran en el barrio del Born, donde los estilos más modernos y multiculturales se mezclan con los recuerdos de ciudad burguesa y modernista que un día fue Barcelona. Un aroma a medio camino entre lo moderno y lo vintage, que encandiló a la pareja de estilistas Mireia Moya y Jean Charles de Luca, quienes, tras diez años trabajando en París como formadores técnicos de un grupo francés de peluquería, han decidido orientar sus carreras profesionales hacia un nuevo camino: la creación de su propio salón, en el que utilizarían productos respetuosos con el cabello pero también con el medio ambiento para potenciar el bienestar de sus clientes. Para ello, se han aliado con la filosofía natural de Aveda y crear así un salón de ambiente cálido y con mucha historia donde dedicarse en exclusiva a la comodidad de sus clientes.

La esencia de la historia

Sólo cruzando sus grandes puertas acristaladas, uno ya puede sentir la fuerte historia que rezuma el local de Taller Barcelona, algo que se potencia con una decoración basada en los tonos tierra y verdes oliva. Naturalidad y antigüedad son los conceptos básicos del salón. “Teníamos una idea previa muy importante a la hora de crear y decorar el salón: no queríamos que pareciera una peluquería convencional, sino un espacio agradable y cálido en el que la clienta pudiera disfrutar de un momento de relajación que es suyo”, recalca Jean Charles de Luca, a lo que Mireia Moya añade que,“para ello, tanto el barrio como el local son perfectos, ya que tienen mucha historia y antigüedad”.

¿Qué se respira al entrar en Taller Barcelona? Según afirma rotundamente Mireia, “una especial esencia de antigüedad. Nos horrorizan los locales de cuatro paredes blancas y falso techo que, aunque pueden llegar a quedar muy bonitos, no son el tipo de lugar en el que hubiéramos podido desarrollar lo que queríamos transmitir”. Tranquilidad, historia y naturalidad reflejadas en un local de 90 m2 que llevaba 20 años cerrado acumulando polvo y que los dos estilistas se encargaron de reformar y decorar manteniendo su esencia. Es por eso que las puertas de madera son las mismas que los artesanos tallaron a mano alrededor de 1800, el suelo es el mismo que pisaron los antiguos dueños del local y las paredes de piedra siguen siendo aquellas que cobijaron otras vidas y otras historias. Todo para potenciar, una vez más, esa idea de calidez, de neutralidad y de paz que remarca que en Taller Barcelona el cliente es la verdadera razón de ser.

Más allá del corte y el color

A partir de la idea de ofrecer un trato muy personalizado, Mireia y Jean Charles atienden ellos mismos a los clientes y sólo cuentan con un peluquero free-lance que acude al salón entre dos y tres días a la semana y se encarga de su propia clientela. “Mireia y yo queremos controlar todo el proceso, desde la bienvenida hasta la despedida. Es la única manera de poder cumplir la filosofía de nuestro trabajo, que es cuidar y dialogar con la clienta y que al final sea más que eso. No estamos sólo para cortar el pelo, queremos compartir un momento”, explica Jean Charles.

En el salón la calidad prima por encima de la cantidad, y las citas se controlan con esmero para no saturar la jornada y poder atender a los clientes tal y como se merecen. Algo que seguro que se agradece cuando se trabaja con una marca como Aveda, que cuenta con una serie de relajantes rituales que en Taller Barcelona se cumplen a rajatabla. Cada cliente es recibido con un té orgánico de regaliz y menta, un masaje de cuero cabelludo, cuello y hombros y un ritual de aromaterapia en el lavacabezas –que dispone de masaje shiatsu– para, finalmente, pasar al tocador.

Y es que Aveda comparte con Taller Barcelona la filosofía del respeto, el bienestar y la naturalidad, cualidad esta última que se respira también en los estilos que firma el salón que, huyendo de la estricta tendencia, abarcan procesos tanto clásicos como modernos y siempre evitando la extravagancia. Por esa razón, la base de los trabajos del salón es el propio estilo de cada cliente para, sin imponer, enseñarle cómo tratar, cuidar y peinar su cabello para conseguir un look actual, pero siempre partiendo de una base de naturalidad. “Está muy claro que esta idea de bienestar y naturalidad refleja nuestra forma de vivir, de pensar. Así que quien acuda a Taller Barcelona deberá captar y entender lo que se respira en el ambiente y sentirlo. La gente que no lo sienta no está hecha para nosotros”, concluye Jean Charles. Una contundente declaración de intenciones que augura que algo está cambiando en la profesión.

Taller Barcelona

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